21 de diciembre de 2015

La Bhágavad Guita

La Bhágavad Guita

Álvaro Enterría*

     Los dos ejércitos, el de los Pándavas y el de los Káuravas, se encuentran frente a frente en la gran llanura de Kurukshetra, prestos para empezar en cualquier momento la gran batalla del Mahabhárata. Las caracolas de los combatientes resuenan en el ambiente tenso y contenido. Arjuna, el mejor guerrero de los Pándavas, en quien todos han puesto su esperanza para ganar la guerra, de pie orgulloso y apuesto sobre su carro de guerra conducido por Krishna, le pide a éste que sitúe el carro entre los dos ejércitos para contemplar de cerca el ejército enemigo. Y aquí, en este escenario insólito del campo de batalla momentos antes de la masacre, tiene lugar una de las mayores enseñanzas espirituales de la humanidad: la Bhágavad Guita, el “Canto del Señor”.

15 de diciembre de 2015

Svástica

     Por casi toda la India su presencia y fuerza parece magnética. Es el símbolo por excelencia de lo sagrado. Además, para la mayoría de los hindúes protege a la manera de un talismán. Es imagen obligada en las láminas o dibujos de las diversas deidades de la India. Se vende como stiker y alguna gente lo dibuja hasta en la capota del automóvil.
Puede sorprender la presencia de este símbolo por muchos lugares de la India. En Nueva Delhi lo observé en las puertas de algunas casas, lo cual sería improbable de ver en los países occidentales sin estar bajo sospecha. Después de estar en otras ciudades indias uno termina convencido que está ante un símbolo que sólo puede evocar algo auspicioso y espiritual.

     La svástica evoca sin duda realidades espirituales. Esta cruz con brazos avisa, cuida, marca, orienta, recuerda. Indica el origen, el principio de todo. Alaín Danielou afirmó que nuestro símbolo también representa a Ganesha y viceversa. El dios con cabeza de elefante, que según el mito védico es hijo de Shiva y Párvati, desafía nuestra racionalidad como aquella cruz que sugiriendo movilidad (por sus brazos), muestra a la vez un centro inmutable, permanente y perfecto.

     Estamos, debemos agregar, ante un símbolo universal, pues la encontramos en diversas latitudes y tradiciones antiguas. También se la ha encontrado en algunos huacos del Perú pre hispánico, lo cual prueba que este símbolo pertenece a una Tradición primordial, y que es en la India donde ha permanecido.


Swami Sadanand Svástica Puja


12 de noviembre de 2015

NAMASTÉ


     Las manos juntas. Saludo al Dios que hay en ti. No digo que tú eres Dios, eso sería idolatría. Digo que lo divino yace en ti y lo reconozco.

     Millones de hindúes se detienen al día en las calles de India, y con las manos juntas, como haciendo una plegaria, pronuncian esta palabra poderosa.

     Namasté frente a Ganesha, el dios con cabeza de elefante. Namasté frente a Durga, la diosa guerrera de vestido rojo que destruye a nuestros enemigos, nuestros obstáculos. Namasté frente al Shiva Linga, la piedra sagrada. Namasté a los pies al Gurú,  que nos protege y nos enseña la Vidya, la verdadera sabiduría. Namasté frente al río Ganga, que nos cobija y purifica. Namasté a toda realidad frente a mí, porque todo manifiesta lo Divino, pues ¿qué puede escapar a Dios? Todo es Shiva, reza el adagio vedántico.

     Namasté es la prueba de la persistencia de una tradición espiritual. La vigencia de una manera de ver la vida y la realidad. Namasté es No Violencia, Ahimsa, pues, ¿cómo podrías agredir algo que cubre lo Divino?