Los hindués celebramos ayer el Adi Shankaracharya Jayanti, el cual se realiza en el mes de Vaishakh del calendario hindú. En un texto anterior hemos tratado sobre la vida de Adi Shankaracharya y su importantísima labor al establecer la vida monástica dentro del sanathana dharma.
En esta breve reseña sólo queremos mencionar el fundamento para el mantenimiento de la tradición hindú: nos referimos al linaje espiritual, el cual supone, que la transmisión del conocimiento se da de forma regular a través del tiempo, formando una cadena espiritual de maestros que se llama en sánscrito param param.
Los hindués reconocen la importancia de la presencia del gurú y quizá este aspecto es uno de los más peculiares de esta tradición, pues además sorprende a muchos que siendo el hinduismo la tradición más antigua mantenga hasta hoy varios linajes espirituales que se remontan hasta la antigüedad.
El Guru Namaskar o saludo al maestro empieza así: Guru Brahma, Guru Vishnu, Guru Devo, Maheswara, pues como afirmó Ramana Maharshi el gurú es el atman mismo, por eso su sola presencia puede conmover y empujar a los buscadores hacia la realización espiritual.
Swami Swaroopanand Saraswati, Shankaracharya
de Jyotirmath y Dwarca (Norte y Oeste de la India)
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Swami Bharati Tirtha, Shankaracharya
de Sringeri en el estado de Karnataka (Sur de la India)
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Swami Nischalananda, Shankaracharya
de Puri en el estado de Bubaneswar (Este de la India)
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