En esta Luna llena del calendario hindú (mes de Chaitra) los hindúes celebramos el Hanuman Jayanti, la festividad dedicada al señor Hanuman, una de las deidades más queridas entre los devotos hindúes.
Quienes hayan leído el Ramayana deben haberse conmovido por la presencia del dios mono, quien ayuda a Rama a rescatar a su esposa Sita. Además, esta deidad muestra virtudes y poderes que le hacen quizá ser digno de ser discípulo de Rama, el avatar o encarnación de Vishnu.
Y es este aspecto el que deseamos remarcar en esta breve consideración sobre el tema que nos avoca. Hanuman pese a poseer poderes especiales como volar, y de estar capacitado para destruir a Ravana, la encarnación del mal, muestra sin embargo una humildad y sumisión perfecta ante el dios Vishnu.
Un pasaje significativo en la vida de Hanuman se suscita cuando él, Rama, Sita, y el ejército de monos regresan triunfantes al reino de Ayodhya:
Sita sugiere a Rama que entregue un obsequio a Hanuman por los servicios prestados en la consecución de su rescate. Ante este pedido Rama entrega al dios mono un collar. Tras recibirlo, Hanuman lleva el collar a su oído, luego a su nariz, y también intenta mascarlo. Luego de lo cual arroja las cuentas al suelo. Ante la sorpresa de todos Rama pide una explicación y Hanuman dice: "este collar no suena a ti, no huele a ti, ni sabe a ti. Yo te quiero a Ti".
Hanuman es el discípulo perfecto. En la enseñanza del Ramayana la sumisión total y la devoción pura hacia lo divino muestran la naturaleza del camino hindú, pues estos dos aspectos garantizan la realización espiritual.
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